sábado, 8 de octubre de 2011

Inocente [capitulo unico de Inuyasha]

Era inocente, quizas demasiado para su bien, pero no podia evitar el hecho de que su alma fuera asi. Eso no era bueno para ella, pero no podia y tampoco queria dejar atras esa inocencia que era caracteristica en ella.
¿El por que?

Por que eso era lo que la diferenciaba de ella, de su enemiga en el amor aun cuando no la podia odiar por ello, por que gracias a ella era que su querido amigo Inuyasha era feliz.
¿Amigo?
No, era mucho mas que un simple amigo para ella pero eso no lo podia decir, no podia confesar unos sentimientos que simplemento le causarian dolor por no ser correspondidos. Eso simplemente era algo que queria evitar a toda costa.
Suspiro y aparto la mirada.

Una cosa era el saber que Kikyo era el amor eterno de Inuyasha, otra que el la visitara cuando sus caminos se cruzaban, pero el hecho de tenerla en el grupo, subida a la espalda de Inuyasha como ella solia hacer siempre que viajaban era algo para lo que ella no estaba preparada.
Era como si le quitara algo suyo.
Por que ese era el unico contacto "intimo" que podia tener con el medio demonio, eran los unicos momentos en los cuales el le demostraba cuanto se preocupaba por ella, y cuando hablaban como guardando un gran secreto entre ellos. Y ahora ella le quitaba ese lugar.
Pero a pesar de todo, no podia odiarla.

-Kagome...
La adolescente del futuro miro al pequeño demonio zorro que viajaba entre sus brazos, encima de Kirara al igual que ella y Sango y sonrio, intentando asi demostrarle que todo estaba en perfectas condiciones, consiguiendo una sonrisa por parte del pequeño Shippo y una mirada preocupada de Sango.
Ella no queria preocupar a nadie, por ello debia demostrar que no le importaba el hecho de que Kikyo estuvieran con ellos con una amplia sonrisa en sus labios, aunque en su interior, llorara en soledad.
Miro de reojo al joven peliplateado y sonrio imperceptiblemente.

Podia notar la tranquilidad en el rostro del medio demonio, la sonrisa que intentaba salir de sus labios aunque la retenia con esfuerzo y el brillo en su mirada que hacia oro liquido sus profundos ojos dorados como el sol.
Sonrio, pero una lagrimas cayo de sus achocolatados ojos.

¿A quien intentaba engañar? Ella era demasiado debil y comparandose con la mujer que su medio demonio favorito llevaba en la espalda era insignificante, sin poder ni gracia. Solo una humana mas que no podia conseguir que el hombre al que amaba demostrase tanta paz y tranquilidad como en aquellos momentos el mismo hibrido transmitía.

-Kagome...podemos volver...si quieres...
Nego con la cabeza y con su mano en un puño limpio la traviesa lagrima que habia salido de la carcel que eran sus ojos, posandolos en el camino delante de ella. Solo tenia que evitar mirarle, enterrar en el fondo de su ser los celos que intentaban apoderarse de ella y sonreir al mundo con la misma inocencia de siempre.

Inocencia... si, ella era inocente, quizas demasiado para su propio bien, para su felicidad, pero era esa inocencia lo que la protegia del dolor de un amor no correspondido.

Inocente. Ella era inocente y en aquellos momentos agradecia serlo.

1 comentario:

  1. MUY BUENA COMPOSICION ME GUSTO MUCHOOOO ... PIENSO QUE EL MUNDO DEBER CONTAR CON MAS ESCRITORES COMO VOS ... SIGUE ASI...
    VISITA MI ESPACIO GRACIAS http://beatrizsalas10.blogspot.com/

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